Querido amante de los perros,
Soy Jordi, cuidador en la guardería canina Elacan, y te voy a contar unas cuantas historias que he vivido con los peludos que pasan por aquí. Porque si algo he aprendido después de años cuidando perros de todas las razas y tamaños, es que su felicidad está en los pequeños momentos: una pelota, un reto que los haga pensar, una carrera tras un frisbee... y sí, en evitar que se coman tus zapatillas.
La pelota que desafía el tiempo
En Elacan nos viene a visitar, a veces, un labrador llamado Rocky, que es pura energía. Si fuera por él, jugaría a la pelota hasta quedarse dormido de pie. Un día, su dueño nos dejó una pelota de esas que venden en cualquier tienda de mascotas.
A los 10 minutos, ya estaba a trozos.
Ahí es cuando sacamos nuestra Chuckit! Ultra Ball. Se la lanzamos y Rocky se volvió loco. No solo rebota como si tuviera vida propia, sino que flota en el agua y, hasta hoy, sigue intacta después de meses de mordiscos. La usamos con muchos perros aquí y es mágica para esto mismo. Ahora, cada vez que viene y la ve, mueve la cola con tanta emoción que parece que va a despegar.
El juguete que salvó los muebles (y mi paciencia)
Hace un tiempo, tuvimos en la guardería a Thor, un mastín que, con sus 50 kilos, parecía haber nacido para destrozar todo lo que encontrara. Un día, me di cuenta de que su objetivo favorito era una de las patas de un banco de madera que tenemos aquí en el jardín.
No importaba cuántas veces le dijéramos "no", él volvía una y otra vez.
Entonces, le dimos un juguete que parece diseñado para estos casos. El KONG Extreme junto con un relleno de paté para perros. Fue mágico. Se pasó horas tratando de sacar hasta la última pizca de paté del juguete y, sobre todo, sin prestarle la menor atención al banco. Desde entonces, cuando tenemos algún perro con ganas de morder todo, ya sabemos qué hacer: KONG relleno y problema resuelto.
El día que aprendí a lanzar un frisbee
En la guardería tenemos a Lía, una border collie que necesita correr más que cualquier otro perro que hayas conocido nunca. Un día, su dueño nos dejó un frisbee que nos enamoró.
El KONG Flyer, un frisbee flexible y resistente. No sé cómo lo han diseñado, pero de repente me volví un experto lanzador y eso que a mí nunca se me dieron bien estos lanzamientos. Este frisbee volaba de manera perfecta, Lía lo perseguía como si fuera su misión en la vida, y después de 20 minutos, estaba tan agotada que se tumbó a la sombra con la lengua fuera. Ahora, en la guardería, estamos pensando en usarlo para este tipo de perros. Acertar con un buen juguete puede cambiarlo todo.

Es que aquí en Elacan vemos a diario lo felices que son los perros cuando tienen los juguetes adecuados para cada momento. A veces hay que rotar de juguete y otras veces juegan con los perretes que vienen a visitarnos.
Porque al final, más allá de los paseos y las caricias, ellos necesitan jugar, explorar y sentirse desafiados.
Espero que estas historias te hayan sacado una sonrisa y, quizás, te ayuden a encontrar ese juguete que hará que tu perro sea un poquito más feliz.
Un abrazo canino,
Jordi de guarderiaelacan.com